Wednesday, December 2, 2009

Así se baila el Tango


(Photo: CD's Buenos - Aires Paris Electronic Tango,Hybrid Tango, Natallia - Tango Electronico)


"Milonga pa' recordarte, milonga sentimental...otros se quejan llorando, yo canto pa' no llorar" - Milonga Sentimental, Otros Aires.

La noche antes de mi vuelo de regreso a Colombia salimos a comer a un restaurante y luego de eso fuimos a tomar algo en el Centre Ville. Caminamos por la Esplanade y por el Jardin des Champ de Mars de Montpellier y llegamos al Musée Fabre, en el patio justo en frente del restaurante del museo había un gran grupo de gente y se oía un tango en el aire. Al acercarnos más nos dimos cuenta que era una de esas noches en las que la gente reúne en un sitio especifico a bailar, en este caso evidentemente era una noche de tango. La gente milongueaba y bailaba lentamente, el tango guiaba sus pasos, lentos y sensuales, marcados e incitantes.

Nos acercamos a la mesas, yo me quede cerca de la mujer que colocaba la música, le pregunté quien era el artista y cual era la canción que sonaba. Mientras me respondía continué observando a la masa humana que se deslizaba lentamente a través de la pista, sus pasos tan suaves que parecían flotar a milímetros del suelo. La mujer me preguntó si sabía bailar tango, le respondí que no, nunca lo había intentado pero que me encantaba escucharlo, sobre todo el tango electrónico.

"Bebe tus nostalgias en el sordo cafetin"

Me despedí de la mujer y me dirigí a la mesa donde estabamos sentados. Ahí seguí mirando el dulce y lento baile que se presentaba ante mis ojos. En ese momento me dije que era una verdadera lastima no saber bailar pues me habría encantado participar en ese momento, en ese grupo de gente unida por un ritmo y guiando sus pasos lentamente por la pista. Vi parejas de todos tipos y edades, hombres, mujeres, jóvenes, viejos, los imaginaba a todos como enamorados, que venían a dejar de ser dos para volverse uno al ritmo del tango.

Cada quien iba a su ritmo, escogía sus pasos, se deslizaba como deseaba. Cada paso se marcaba, se sentía. Sus rostros separados por un leve milimetro, sus brazos firmes, sosteniendose mutuamente y sus piernas...dibujando figuras y decorando cada uno de sus movimientos. El leve roce de una pierna sobre otra, una caricia escondida. Un beso perdido entre el sonido del bandoneón.

La música se detiene y pareciera como si todos hubieran salido de un trance, como si el fin de la música los transportara una vez más a esa noche de verano en el centro de Montpellier. Sonríen, agradecen, se abrazan y se besan y lentamente la pista va quedando vacía.

"A veces...cuando logro sobrevivir al Domingo que rara vez florece"

Estando de regreso en la tierra del café y la cheverecidad decidí no dejar atrás esa idea de bailar tango y por eso decidí comenzar unas clases. Encontré una pequeña academia cerca de mi casa, con un grupo igualmente pequeño compuesto por más mujeres que hombres y por un profesor bastante simpático. Ya habiendo visto más de una vez como se baila el tango, me pregunté que tan difícil sería aprender, que tanto tiempo me tomaría llegar a alcanzar un nivel que se pudiera considerar decente, que si en algún momento llegara a ir a Buenos Aires y hubiera una milonga que yo pudiera participar en ella (asi fuera con los pasos más básicos).

Comencé mis clases hace ya unos 4 meses y medio, 2 horas cada semana. En verdad no es mucho, razón por la cual mi progreso ha sido más bien lento sin embargo desde el primer día me di cuenta que tomar estas clases fue una muy buena decisión. Sentía que quería aprender, practicar y moverme como se movían los alumnos que iban más avanzados. Hay una señora de unos 60 años que en una ocasión bailó toda una canción con el profesor (Miguel Angel) y al finalizar la música lo único que pude decir fue: "Yo quiero...(bailar así)."

"Borracho y desaliñado entró el cantor malherido, bebiose hasta el apellido para poder entonar"

En mi ultima clase aprendimos uno de esos pasos que uno ve y dice: "que vaina tan sexy carajo" en verdad quedé atónita y cuando logré hacerlo me sentí realizada, imaginé juntar todo lo que he aprendido y poder hacerlo en ritmo real, en una milonga, bailando en el sentido contrario a las agujas del reloj (porque así se hace). Apoyar mis manos suavemente sobre la espalda de mi pareja, descansar mi cabeza ligeramente contra su barbilla y dejarnos llevar por la música. Caminar, disociar, entrar a quinta, hacer ochos rodeando bien, el pie se desliza por el piso, pivot. Dejandonos llevar, dejandome llevar. Salida americana, entrada a quinta, pivot y lentamente deslizo una pierna contra la otra, la cruzo y vuelve a bajar, siempre manteniendo el equilibrio, la sensualidad, el ritmo.

"Un pedazo de barrio allá en Pompeya, durmiendose al costado del terraplén"

El Tango se baila con la mirada arriba, hombros relajados, mano en la espalda y dejandose llevar, ningún paso es ensayado, estos nacen del ritmo, mantener la pose recta y el resultado es simple y pura sensualidad, romance, nostalgia, tristeza, todo esto expresado a través del bandoneón y su suave música. Es un trance, un viaje a un momento distinto en el que las palabras no existen, las miradas se cruzan, los cuerpos se tocan, se rozan, se sostienen. Es un momento en el que dejamos de ser dos, para volvernos uno.

"Pero entre tanto tango encontré su ropa junto a mi ropa"