(Photo: Entrada BBC - Calle 85, Bogotá, Colombia)
"..Te quiero cerca pa' tocarte y pa' bailar..." - Pa' Bailar, Bajofondo Tango Club y Julieta Venegas.En vista de mi regreso a Bogotá considero que sería prudente relatar algo que se ha vuelto una constante en mi vida y que disfruto con pasión. Relataré entonces, lo que es salir en las noches en esta ciudad, en la cual las calles vibran con la música de las discotecas. Luego de una no tan larga semana en la U, lo único que todos esperamos es que llegue el fincho para poder volverse loco y olvidarse de todo, menos de la fiesta :D. Cómo empieza el plan? Bueno, digamos que por Facebook, se manda un mensaje, a ver quien responde, lo que me encanta de estos planes organizados por Facebook es que la gente que uno invita nunca va, pero gente que no se invito siempre llega. Luego de esos intentos fallidos en los que finalmente nunca se logra saber quien va y quien no, se recurre al siguiente medio: El celular. Cómo es la vuelta con el celular? Una llamadera a todo el mundo, en la cual se oye: "Qhubo, si, que hacemos hoy?", "Llame usted, yo no tengo minutos", "Lo llamo cuando salga", "No tengo plata"...en fin, algo logra cuadrarse: "En la 85? Si, listo ahí nos vemos".
Y c'est parti. Entonces se llega a el sitio (en taxi o lo llevan a uno), se espera a que llegue el resto de la gente y listo. Digamos un sitio como Bogotá Beer Company, donde los sueños se hacen realidad y la felicidad se transforma en un liquido de color rojo o negro en su defecto y sabe a gloria. Se pide una Half n Half o una Black n Tan, se sienta uno en la terraza y empieza a echar carreta, se prepara el ambiente de la fiesta. Se oye la música a lo lejos en los bares y mientras tanto se va pensando a donde ir, a qué sitio entrar y donde no molestarán mucho o no será tan caro. Alrededor se siente un ambiente de relax, sin tensión, gente alrededor tomando sus tragos, hablando, colombianos, extranjeros, jóvenes, viejos, churros y no tan churros.
Al irse terminando la jarra de cerveza, se empieza a entrar en mode rumba. Se paga la cuenta, que es muchos casos es un gran caos, "Lo suyo qué fue?", "Quien pidió esto?", "El IVA está incluido?", "Y la propina?", "Alguien me puede prestar?" En medio de montañas de billetes y un reguero de monedas se deja la cuenta, se sale del sitio y se comienza la travesía a través de las calles de la nueva zona Rosa de Bogotá. Caminando por las calles, se pasa por bares, discotecas, chuzos, sitios donde se sale a comer a las 3:30am para bajar la borrachera o porque simplemente a esa hora tiende a dar un hambre brutal. Calles compuestas por bares y bares, una discoteca al lado de la otra, no logra saberse cual está poniendo qué música y claramente, cantidades de gente que andan en el mismo plan que uno, nenas entaconadas y arregladas, nenes con sus chaquetas de cuero y sus 'looks' de rumba. Es toda una odisea caminar entre las calles, evitando estrellarse con los que están ebrios e incluso con los que están sobrios, estando pendiente de no ser arrollado por algún taxi, los cuales andan a velocidades descomunales en calles donde la gente se atraviesa como si nada.
Mi parte favorita de estos planes es decidir a donde ir a rumbear. Dios, es ahí donde se entra en conflicto: "No parce el cover es muy caro", "No a ese sitio no, eso es un hueco", "No ahí joden mucho para entrar", "Yo voy a donde sea pero no a Santa". La cuestión es que la toma de esta decisión no es algo que se haga previamente, generalmente cuando se dice que se quiere ir a un sitio en especifico, NUNCA se termina entrando ahí. Cómo se determina a donde entrar entonces? Pues simple, se camina por toda la 82 mirando a ver cual sitio es bueno,bonito y barato...y que aun haya espacio adentro para medio moverse. Se vuelve entonces una caminadera por las calles abarrotadas de gente, en el que las ganas de rumba se incrementan y en muchos casos el desespero también. En estos paseos es cuando la gente se pierde, se ve la gente con el celular: "Donde está?" "No lo veo", "Ya entró?", finalmente a través de un milagro se decide un sitio, el siguiente paso es lograr entrar.
Digamos que son alrededor de las 11:30pm, los sitios aún llenos y la música sonando, haciendo vibrar las paredes y uno con ganas de bailar, de entrar y de Get The Party Started. Se hace la fila para la entrada, se muestra la cédula, el bouncer lo mira a uno para asegurarse de que efectivamente si es uno el de la foto (Si, soy yo, solo que es una foto muy mala). Se paga el cover, se entra y la música se mete en las venas. Time to dance. Qué es lo primero que dice la gente al entrar a un sitio? "Bueno, entonces qué...compramos guaro?" La gente hace vaca, ponen plata y una vez más se ve una montaña de billetes juntados para comprar una botella de guaro, que viene con sus respectivas copitas. Se reparten, se hacen brindis, y comienza la fiesta. Reggeaton, Vallenato, Electronica, Salsa. Se hace el circulo de amigos donde todos bailan en conjunto y de vez en cuando se arman parejas, también puede pasar que llegan desconocidos a bailar con uno.
A las 3:30am se acaba la faena ya que es la nueva ley (que personalmente me deprime de sobremanera), algunos saldrán borrachos, otros prendidos y otros sobrios. Las salidas de todos estos sitios están caracterizadas por los vendedores ambulantes que se parquean ahí, con sus paquetes de papas, chicles y Bom Bom Buns. Cajetillas de cigarrillos y supercocos. Nos dirigimos entonces al primer sitio donde vendan comida, empanadas, arepas, lo que sea para matar el hambre o bajar la prenda, en estas situaciones ya nadie jode por donde se esta comprando la comida ni con qué está hecha, igual todos sabemos que es con niño perdido.
Luego de esta buena comida, ya un poco más sobrios nos dirigimos a la parte dolorosa de la noche, la cogida de taxi. Es en ese momento que en verdad detesto donde vivo, pues es lo que podemos llamar...retiradito. Por qué es tan grave esto? porque el taxi sale bien caro. Se hace ruta para ver quien coge taxi con quien y además por ser mujer requiero que me acompañen a mi casa. Lo del taxi es todo un video también, porque pasa que nos metemos de a siete en un taxi, unos encima de otros, unos más sobrios que otros y si hay borrachos, con la mano lista en la puerta en caso de emergencia. Es bueno comentar también que en las tempranas horas de la mañana, el semáforo pierde toda utilidad para los taxistas. Se llega en tiempo record y durante el recorrido uno va con el corazón en la garganta, cogido de lo que puede tenerse y rogando porque no pase nada.
Se llega a la casa, "Me presta plata? Yo le pago esta semana," El taxi se va y hasta ahí llega la noche. Si uno está prendido la llegada a la casa también es toda una aventura, aunque en mi caso soy afortunada porque mi casa no me toca abrirla con llave entonces me salvo de esa escena en la que uno en medio de una prenda muy dura trata de meter la llave donde es, pero simplemente no lo logra. Al entrar se trata de no hacer ruido pero uno se estrella con todo lo que no se le atraviesa a uno en el camino. Y la gloria es ver la cama, tirarse encima así sea con ropa y todo y dejarse llevar por el cansancio, resultado de toda esta aventura que es salir por las noches en Bogotá.
Si hay algo que me alegra de haber vuelto, son estas salidas. Como digo, es toda una aventura, toda una odisea. Para mi, estas salidas tienen a Bogotá escrito en todas partes, hacen parte de lo que és vivir en esta ciudad, y evidentemente es muy diferente a como eran las salidas en Francia. Es una experiencia 100% rola.
Entonces que, farra esta noche?
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