
(Photo: Quais de la Saône, Lyon, France, 2009
Crédit: Jean-Etienne Parrot)
"If suddenly
you forget me
do not look for me,
for I shall already have forgotten you."
If You Forget Me, Pablo Neruda
A veces me detengo (en los momentos más inesperados del día) y me doy cuenta de todos los pensamientos que cruzan mi mente. De tantas ideas y pendejadas que a veces dan vueltas en mi cabeza y parecen jugar unas con otras. Se mezclan, se contradicen, se enredan. Es más que todo en las noches cuando me doy verdaderamente cuenta de las cosas que he pensado, las cosas que sigo pensando. Entre las sábanas de mi cama, mientras miro tres pequeñas ovejas que brillan en el techo de mi cuarto, me pregunto cómo somos capaces de mantenernos tan tranquilos con la cabeza tan llena de...todo.
Pienso en cosas que he dicho y cosas que quisiera decir, cosas que he hecho y cosas que quisiera hacer, así como en cosas que me habría gustado no haber hecho y no haber dicho. Días en los que solo pienso en verdaderas estupideces y día en los que pienso en cosas que nunca quisiera olvidar, días en los que una sola idea pareciera dar vueltas en mi cabeza todo el tiempo, sin cesar, siempre está ahí, presente y es generalmente mientras doy vueltas en mi cama, rodeada de postales y varias pertenencias, que las ideas surgen, me llenan...y no puedo hacer más sino pensarlas.
Hace poco viendo fotos y llenandome de nostalgia por momentos vividos y aquellos que quisiera vivir, entró una pequeña idea en mi pequeña cabeza y me pregunté: "Qué es un buen día?". Miré las fotos una vez más y tuve la certeza de que reposaba mi mirada sobre lo que fueron buenos días. Veo fotos en restaurantes, en mi casa, en la BSC, en las calles de Lyon, en un río, en Colombia, en Francia. Días en los que estaba tranquila, más que feliz estaba tranquila, sabía que aunque habían muchas más cosas que podía pedir, muchas más cosas que podía anhelar...no me nacía la necesidad o incluso el deseo de pedirlas. En mi sentía una certitud de que el día fue lo que fue y que si hubiera sido de cualquier otra forma tal vez no lo recordaría como un buen día.
Digamos que un buen día es un día en el que la vida cambia, pero entonces me pregunto si nuestras vidas no cambian todos los días. No, hoy no soy la misma persona que era ayer, ni soy la persona que seré mañana. Los cambios pueden ser imperceptibles, mínimos, pero cambio es cambio. Son estos pequeños cambios los que nos construyen y me viene a la mente una idea simpática de que como personas, estamos en constante construcción. Nos imagino a todos con un pequeño letrero colgado que dice "under construction".
Y en medio de todas estas palabras sin sentido, que de cierta manera siento que dan vueltas en esta página pero que no logro saber si en verdad estoy diciendo algo, pienso en un día que estaba sobre Quai de la Saone con una amiga, dos bebidas de Starbucks en nuestras manos y el sol del atardecer que nos mantenía calidas mientras el cielo oscurecia lentamente. Hablábamos de aquello que me esperaba para los siguientes 4 meses, aquello que me esperaba para mi futuro. No sabía si angustiarme, estar feliz, estar nerviosa...creo que era una mezcla de todas las anteriores. Y mientras discutíamos le dije que solo sabía que estaba feliz de haber vuelto, que a pesar del miedo que me apretaba un poco el corazón este seguía su ritmo tranquilo, esperando a que el miedo nos dejara tranquilos a los dos.
Me acerqué al borde del río, ya un poco más oscuro que unos minutos antes y me di cuenta que a pesar de la adversidad que podía llegar en los siguientes meses, de las complicaciones y los esfuerzos, en ese preciso momento, ahí con ella, sentí que el solo hecho de estar ahí parada, con la vista que tenía, la compañía y la circunstancias, era suficiente para poner en mi cara una sonrisa de ponque. Esta sensación es la que creo que caracteriza un buen día, un día en el cual toda posible adversidad sigue siendo real, sigue estando a la vuelta de cualquier esquina, pero tener la capacidad de sentir la tranquilidad en momentos como este, nos hace darnos cuentas que estamos bien como estamos y que aunque podamos necesitar o querer más, en ese preciso momento, en ese día...podemos dejar esa ansiedad, ese anhelo para otra ocasión, podemos dejar cualquier otra idea, fuera de nuestras cabezas...no permitirles que corrompan el momento.
Un buen día es caminar por las calles y tomar fotografias de los alrededores, un buen día es salir a comprar ingredientes para cocinar mi-cuits, un buen día es aquel en el cual al levantarse y al voltear se ve a la persona que uno ama, un buen día es uno donde hay una taza de chocolate caliente, en el cual se oye la canción que se quería escuchar, esa que hace que todo el resto del mundo se detenga mientras la melodía continua. Un buen día es ir a un restaurante tarde en la noche y comer un tiramisu de postre.
Un buen día es caminar con el corazón tranquilo y con el solo anhelo de tener más tiempo...juste pour que ça dure pour toujours.
"...I like for you to be still..."
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