
(Photo: La Candelaria, Bogotá, Colombia)
"que a ella, por robarle la cadena, un ladrón la había matado en la carrera séptima de Bogotá" - En Esas Andaba Cuando La Ví, Fernando Quiroz
Y me da algo de tristeza pensar en lo que motiva esta entrada en el blog; no es una salida a Bogotá o la memoria de algún momento, no es una nostalgia que necesito expresar, una tristeza a desahogar o una felicidad a plasmar, es un recuento de una muerte completamente ridícula. Y ahora que escribo, pienso que gran parte de las muertes que se dan en este país, en esta ciudad tienen esa característica particular...que son completamente ridículas.
En el aeropuerto, esperando mi avión para volver a Francia compré un libro para entretenerme, aquello de los vuelos largos y demás. Compré un libro de Fernando Quiroz, el que cité arriba. Es un libro fácil de leer, con una historia que refleja detalles de Bogotá y de Buenos Aires, la realidad de la capital colombiana, la historia de un hombre que trata escapar de su propia vida luego del asesinato de su esposa por parte de un ladrón que buscaba quitarle una cadena. Ridículo. Completamente ridículo y aun así es completamente cierto. De este libro me marcaron dos aspectos, el primero la historia de amor que se desenvuelve a través de las calles de la capital porteña y el segundo, la descripción del impacto de una tragedia que se dio en las calles de Bogotá.
La semana pasada estuve hablando con mi mamá mientras la acompañaba a hacer una compras y pasando por una calle que tendemos a frecuentar me pregunta por una mujer que se paraba en el semáforo acompañada de una amiga, generalmente para pedir plata. Me preguntó si recordaba a la mujer y le dije que no, pero en fin, me dijo que dos días antes había pasado por ahí y vió que solo estaba una de las dos jóvenes. Aprovechando la luz roja del semáforo y su naturaleza habladora, mi mamá preguntó por la otra muchacha.
-"La mataron la semana pasada, estaba hablando por el celular y un man por robarselo fue y la agredió y ella no se dejó entonces el tipo la mató"
Yo me imagino la escena, y muchas veces me he preguntado que haría si en algún momento de mi vida llega alguien a atracarme, a quitarme mi itouch o mi computador. La gente aquí dice que no vale la pena ponerse a pelear por eso, va el ladrón y le saca un chuzo o una pistola y hasta ahí llega la historia. Digan lo que digan, yo creo...que si llegara el momento yo me le tiro encima, yo no me dejo, y tal vez, tal vez me salga cara esa jugada.
En mi cabeza no cabe la idea que alguien sea capaz de matar por un celular, por un misero celular, por plata, por una cadena. Mi vida vale más que eso, una vida vale más que eso. Que ocurre dentro de las cabezas de las personas para poder llegar a creer que por un celular se puede acabar con la vida de una persona? Matar a un estudiante por su computador? Apuñalar a una mujer por su cadena de oro? Si, es cierto que es gente que tal vez viva de lo que roban, de lo que pueden quitar, es gente que vive de las vidas que quitan.
Cualquiera podría preguntarse por qué escribí sobre esto, por qué resaltar este lado oscuro de esta mágica ciudad, de este hermoso país y de su gente 'feliz'. Por qué hablar de esto? porque desafortunadamente es una realidad que nos sigue, su sombra está presente en nuestros días, sentimos su peso cuando caminamos por las calles con cosas de valor y con susto de que por alguna razón hoy no sea el día...y nos ganamos una loteria en la que nadie quisiera participar.
Amo esta ciudad, amo sus calles, sus bares, sus restaurantes y me da tristeza saber que en medio de tanta riqueza, existe este elemento que opaca a Bogotá. Este miedo que muchos sentimos, que llega incluso a oídos de extranjeros y crea prejuicios. Estas muertes ridículas, que ocurren en los momentos mas inesperados, que nos dejan atónitos y tratando de entender qué es lo que pasa...qué hacer para evitarlo.
A veces me da algo de risa pensar que estoy jugando a una ruleta rusa en esta ciudad, llevando mi computador y mi itouch a la universidad, cualquier cosa puede pasar en cualquier momento. Mientras camino por las calles de mi ciudad pienso que hay personas que valoran más aquello que llevo dentro de mi bolso que mi propia vida y no puedo sino reirme porque es verdaderamente increíble.
Abrir el periódico y encontrar relatos de este tipo, hablar en la Universidad y oír cuentos e historias, incluso en un semáforo podemos ver el reflejo de lo que es vivir en esta ciudad. No digo que esto sea lo único que cuenta, que Bogotá es solo esto, no, para nada. Es solo que...una vida vale más que un celular y las historias como la de la joven del semáforo, la de Fernando Quiroz y todas las otras que ocurren cada día son historias que hacen que el corazón se retuerza y duela un poco.
"ella habia sido la muerte absurda de uno de esos días. La muerte que, por ley de probabilidades , casi siempre les toca a otros,"